Atiende pacientes quirúrgicos y no quirúrgicos, especialmente relacionados con enfermedades digestivas; aunque trata patología de piel y partes blandas de todo el cuerpo, cirugía endocrina, varices o mamas, que comparte con otras especialidades.
A nivel quirúrgico, el mayor avance en las últimas décadas ha sido la introducción y generalización de la cirugía de mínima invasión, especialmente en el abdomen, permitiendo realizar por laparoscopia la mayoría de las operaciones. Estas técnicas permiten una recuperación más rápida y reducen las molestias y las complicaciones de las incisiones tradicionales. En patologías muy frecuentes como las hernias, salvo en casos especiales, no se ha impuesto dicha técnica, ya que la generalización de las mallas y las técnicas de anestesia local y sedación o epidural hacen que la laparoscopia apenas aporte beneficios.
La endoscopia digestiva también ha experimentado una gran expansión, con actuaciones terapéuticas que hasta hace no muchos años precisaban una intervención quirúrgica y ahora se realizan bajo sedación y en régimen ambulatorio. Las campañas de detección de sangre oculta en heces en la población asintomática de más de 50 años están permitiendo detectar y tratar precozmente lesiones que podrían desarrollar tumores.
Las intolerancias alimentarias, la autoinmunidad, la protección de la flora intestinal, la atención al stress, etc., constituyen una parte importante de la consulta y atención diarias, con importantes avances en su diagnóstico y tratamiento. Las técnicas de imagen más sofisticadas como ecografías, TAC, RM, etc., se han convertido en elementos de rutina del quehacer diario.
La farmacología ha avanzado espectacularmente. Quizá el éxito más importante y reciente haya sido el descubrimiento de fármacos que curan definitivamente la hepatitis C. Los protectores gástricos, aunque han sido cuestionados recientemente, son medicamentos muy seguros que quizá se han utilizado en exceso, pero que siguen siendo imprescindibles en afecciones muy comunes como el reflujo, las úlceras y las gastritis.
Los hábitos de vida saludables son fundamentales para mantener una buena salud digestiva y general. Aunque la concienciación sobre una alimentación sana, el ejercicio físico y reducir o eliminar el alcohol y el alcohol tabaco, ha calado en una parte de la sociedad, la obesidad, – de la que hablamos en otra sección-, se ha convertido en un problema extendido en el mundo desarrollado.